Me gustaría dejar una reflexión para el día de hoy. Creo que es importante que pensemos en nuestro entorno y nos demos cuenta de lo importante que es cuidarlo y protegerlo.
Todos somos importantes en la misma medida desde el más pequeño microorganismo hasta el hombre. Pues cada uno tiene una función necesaria en la Naturaleza. Cuando alguno desaparece, como ya ha pasado, provocara desequilibrios que tarde o temprano nos pasan factura.
Sin los polinizadores no tendríamos la variedad de flores que existen ni tampoco los frutos que se producen por esta polinización. La desaparición de los pequeños insectívoros favorece la proliferación de plagas…
Los salmones del océano Pacífico recorren una larga distancia en su regreso al río, a la parte donde nacieron, para reproducirse y morir debido al agotamiento tras las puesta o siendo presas de osos que esperan la llegada del salmón que remonta el río para el desove estival. Parece cerrarse un curioso círculo donde el mar y el bosque se unen, a pesar de la distancia del primero con respecto al segundo. Los nutrientes en los que se descompone el salmón al morir abonan el suelo del bosque alimentando así a los árboles que habitan ahí.
Tal vez hayamos despertado tarde y no le hayamos dado la importancia que tiene a nuestro entorno pero, ahora podemos intentar cambiar ciertos aspectos que pueden ayudar la biodiversidad de nuestro planeta.
Enseñemos a las futuras generaciones los tesoros de este planeta, que cada planta, animal, microorganismo pertenece a una red y que todos juntos conformamos este planeta.